
Texto Mónica Yoldi López
El Museo del Prado hasta el 16 de marzo de 2025 la exposición ‘Sigmar Polke. Afinidades desveladas’, comisariada por Gloria Moure. La muestra reúne obras de Goya, Max Ernst, Louis-Léopold Boilly, A. L. Clément y Eugène Ronjart con pinturas, dibujos y fotografías de Sigmar Polke (Oels, Silesia, 1941 – Colonia, 2010). El trabajo de Sigmar Polke se inserta en la postmodernidad, donde la apropiación y la cita de obras pertenecientes a la historia del arte es una práctica común que surge de la necesidad de poner en cuestión conceptos como la originalidad o la autoría. A través del pastiche Sigmar Polke conjuga referencias a varias épocas históricas y a distintos estilos artísticos. La confluencia de imágenes dispares procedentes de revistas, de diarios, de la publicidad, del cómic o de grabados renacentistas o barrocos insertados en diseños de telas con estampados llenos de color hacen de las piezas de Polke un campo de experimentación técnica y conceptual.
Polke es un iconoclasta que hace uso de sustancias tóxicas y venenosas en sus cuadros, como por ejemplo telurio, arsénico, aluminio, hierro, potasio, magnesio, lacas corrosivas, el verde Schwienfurt o el orpimento (estos dos últimos retirados del mercado por su alta toxicidad). En muchas ocasiones los materiales que emplea para pintar varían según la temperatura y la humedad, con lo cual las obras de Polke se convierten en piezas de carácter cambiante con la intención de devolver a la pintura su originalidad, su condición de obra única e irreproducible, desmontando la idea de lo que entendemos por pintura o cuadro. Además, las sustancias venenosas que Polke utiliza pueden ser leídas como una metáfora de la toxicidad física y psíquica del mundo. El consumismo, la guerra o los campos de refugiados son temas que aparecen constantemente en su obra. En este sentido, el interés de Sigmar Polke por Goya se debe, en gran parte, a que el artista aragonés plasmó en sus pinturas y grabados las tensiones de su tiempo y, con ácida ironía, criticó los valores establecidos… Leer + Revistart 226