Republicano, masón y catalanista, fue secretario general del Primer Congreso Catalanista en 1880 y un gran filántropo y librepensador, fue hijo de un comerciante de víveres y de colorantes para la industria textil en L’Hospitalet de Llobregat y de una madre de Das (Cerdanya), convertidos en miembros adinerados de la alta burguesía catalana.
Actualmente, la biblioteca, situada en el número 26 del paseo de San Juan de Barcelona, conserva un fondo patrimonial muy importante formado por documentos relativos a todo el conocimiento humano, con un predominio de obras publicadas en el siglo XIX y primer tercio del XX. Se ha convertido en una biblioteca de investigación especializada en masonería (con libros dedicados a las cuestiones centrales de interés masónico: arte, filosofía y literatura), movimiento obrero, cooperativismo, anarquismo y también, desde 2011, del universo de Sherlock Holmes (gracias a la colección de Joan Proubasta, la más grande del mundo del tema). Con un fondo inicial de 24.000 volúmenes, sigue creciendo con las donaciones que se reciben y actualmente ya hay unos 80.000. Eudald Canivelll fue el primer director, quien fue decisivo en la selección del primer fondo bibliográfico. Canivell inclinó claramente la biblioteca hacia la función de fomentar el conocimiento para todos, de todas las clases sociales, sexo y edades. Favoreció especialmente el acceso de la clase obrera, abriendo en domingos y días festivos.
Consta de sala de lectura, de exposiciones y de música. Entre sus fondos hay también obras de arte y otros tipos de objetos de valor documental. Entre ellos se pueden ver en sus vitrinas insignias de colectivos, movimientos obreros y de la masonería, algunas de ellas esmaltadas, como las que ilustran el artículo…
Por Núria López-Ribalta