
Texto: Carlota de Carvajal
A veces no sabemos si nos encontramos frente a parajes reales o escenarios fruto de nuestra imaginación. Con Paco Ascón transitamos por lugares insólitos donde los reflejos, que otorga la transparencia del agua, generan sensaciones propias del mundo onírico. Las dudas, acompañadas por infinitas posibilidades, convierten sus cuadros en curiosas piezas que atraen la exploración de todos los rincones escondidos.
En ‘Meditación’ y en ‘Puede que sí’ los óleos describen sutilmente los troncos y las ramas peladas de los árboles, los arbustos y las plantas que se aposentan en las orillas de los lagos y ríos. En cambio, las montañas lejanas quedan difuminadas y atrapadas por la neblina teñida de colores. En algunas ocasiones el frío brota de los lienzos; en otras el calor se expande hasta hacernos sudar. Sus obras generan una sinestesia que activa el tacto, el oído e incluso el olfato…. Leer + Revistart 225